Cientos de manifestantes recorren las calles
de Cádiz contra los recortes en sanidad y educación pese a la lluvia y
la proximidad del Primero de Mayo · "Trabajo, dignidad y derechos",
reclaman los sindicatos
Ni el parte meteorológico ni la
proximidad de las movilizaciones del 1 de mayo amedrentaron ayer a los
varios miles de ciudadanos que protestaron en Cádiz contra los recortes
del Gobierno del Partido Popular y la dieta forzosa de los servicios
públicos en el país. Los sindicatos UGT y CCOO cifraron el número de
participantes en la marcha en 5.000 personas y consideraron un éxito el
anticipio del Primero de Mayo. Según informó Europa Press, la
Policía Nacional contabilizó alrededor de 600 manifestantes en el punto
final de la marcha, en la Plaza de San Juan de Dios, momento en el que
la intensidad de la lluvia empapaba los ánimos.
Según cálculos de este periódico, el número de manifestantes cuando la marcha avanzaba por los cuatro carriles de la avenida principal de Cádiz alcanzó los 3.000. Cerca de la una de la tarde, las banderas sindicales, las pancartas y cientos de paraguas poblaron el más de medio kilómetro de carretera que abarca la Cuesta de las Calesas, desde las Puertas de Tierra hasta la Plaza de Sevilla. "Tal y como está el día, está muy bien la cantidad de gente que ha venido", valoraba un portavoz sindical, en este punto del recorrido, antes de volver a abrir su paraguas.
El llamamiento de CCOO y UGT y de las organizaciones sociales que integran el Compromiso social para el Progreso de Andalucía en toda la región, que llevó a las calles de las capitales andaluzas a 50.000 personas según los sindicatos (11.500 según el Gobierno), contó en Cádiz con el apoyo de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, de la federación de consumidores Facua, del movimiento 15M, y de representantes de IU, PSOE e Izquierda Anticapitalista, entre otros colectivos.
La crónica escrita por las pancartas se tituló "Trabajo, dignidad, derechos: Con la educación y la sanidad no se juega", que fue el lema que encabezó el inicio de la marcha, en Asdrúbal, a mediodía. Más: "Retroceso en Igualdad; democracia en peligro"; "La patronal ordena, el Gobierno impone, la juventud responde", que era la que portaba Juventudes Comunistas. A su lado, dirigentes de Izquierda Unida como Manuel Cárdenas, Ignacio García y Willy Meyer, sostenían otra: "Frente a la crisis, movilízate. En defensa del empleo". "La mayor riqueza de un pueblo reside en su educación", habían pintado unos jóvenes en una sábana. Otros llevaban su propia pancarta, a modo de reflexión individual: "El capitalismo muere matando".
La manifestación transcurrió sin incidentes. Pasó por el colegio de Las Esclavas, donde se celebraban las primeras comuniones del año, y por el número 49 de la Avenida, desde donde un sujeto escondido en un balcón increpó a a los sindicalistas con los calificativos "aprovechados" y "sinvergüenzas". José Luis, un joven, uno de los pocos que escuchó los gritos del tipo que se escondía, lamentó que haya quien se deje "contaminar por la estrategia de la derecha de descalificar a los sindicatos para desviar la atención de lo que está pasando: el más grave recorte de derechos sociales que se recuerda y que no ha hecho más que empezar". "Porque esto no ha hecho más que empezar, el Gobierno lo está pregonando a diario", insistía.
Ana, que debía triplicar en edad al joven que respondió al tipo que se escondía en el balcón, defendía que la educación y la sanidad son servicios públicos "intocables para los españoles", "diga lo que diga Bruselas y diga lo que diga la Merkel", y que "si hay problemas habrá que buscarles otra solución, que para eso se elige a un Gobierno", y que saldría "a la calle el martes (1 de mayo) y todos los días que haya que salir a la calle". La marcha, siguiendo a una chica a cargo de uno de los altavoces, cantaba: "No se juega con la educación, no no no, con la sanidad no se juega, no no no" [esto, con la melodía de la canción de Amy Winehouse que tiene idéntico estribillo].
Así llegaron los manifestantes a San Juan de Dios, frente al Ayuntamiento, ya bajo la lluvia, a veces llovizna, por momentos un verdadero manto de agua. Una representante de la Plataforma de Cádiz leyó un manifiesto conjunto en defensa de un sistema de servicios públicos de calidad, "fuente de crecimiento económico, de generación de empleo y de cohesión social". Advirtió de que las "conquistas sociales" logradas durante los últimos cuarenta años están en peligro frente a la "perversa receta del Gobierno" puesta en marcha contra la salida de la crisis y reclamó políticas basadas en la "redistribución de la riqueza" en lugar de la condena a la "precarización" de la mayor parte de la sociedad.
Junto al Ayuntamiento, tomó la palabra el secretario general de CCOO Cádiz, Manuel Ruiz, que proclamó que la huelga del 29-M "no fue el final de nada, sino el inicio de un proceso largo y duro que ahora continúa" frente a la estrategia de "tierra quemada" del PP. "Hay que estar en la calle. No hay una cosa que le duela más a un partido de derechas que que la gente salga a la calle. La próxima, el martes", dijo.
Su compañero en UGT, Salvador Mera, bajo el chaparrón, avisó de que "en Europa ya se están dando cuenta de que sólo con recortes no es posible" e ironizó: "Ahora hace falta que se entere el PP. Del agua es fácil protegerse, del PP no. Cuidado con los viernes del PP, porque quieren acabar con todo", proclamó Mera.
La respuesta del presidente del Gobierno a Mera, a Ruiz y a los miles de manifestantes que ayer salieron a la calle en las principales ciudades del país fue que mantendrá la agenda de recortes hasta el fin de la legislatura. "El viernes que viene, también. Y muy importantes", advirtió desde el Congreso del PP en Madrid. Cada viernes, así de puntual.
Según cálculos de este periódico, el número de manifestantes cuando la marcha avanzaba por los cuatro carriles de la avenida principal de Cádiz alcanzó los 3.000. Cerca de la una de la tarde, las banderas sindicales, las pancartas y cientos de paraguas poblaron el más de medio kilómetro de carretera que abarca la Cuesta de las Calesas, desde las Puertas de Tierra hasta la Plaza de Sevilla. "Tal y como está el día, está muy bien la cantidad de gente que ha venido", valoraba un portavoz sindical, en este punto del recorrido, antes de volver a abrir su paraguas.
El llamamiento de CCOO y UGT y de las organizaciones sociales que integran el Compromiso social para el Progreso de Andalucía en toda la región, que llevó a las calles de las capitales andaluzas a 50.000 personas según los sindicatos (11.500 según el Gobierno), contó en Cádiz con el apoyo de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, de la federación de consumidores Facua, del movimiento 15M, y de representantes de IU, PSOE e Izquierda Anticapitalista, entre otros colectivos.
La crónica escrita por las pancartas se tituló "Trabajo, dignidad, derechos: Con la educación y la sanidad no se juega", que fue el lema que encabezó el inicio de la marcha, en Asdrúbal, a mediodía. Más: "Retroceso en Igualdad; democracia en peligro"; "La patronal ordena, el Gobierno impone, la juventud responde", que era la que portaba Juventudes Comunistas. A su lado, dirigentes de Izquierda Unida como Manuel Cárdenas, Ignacio García y Willy Meyer, sostenían otra: "Frente a la crisis, movilízate. En defensa del empleo". "La mayor riqueza de un pueblo reside en su educación", habían pintado unos jóvenes en una sábana. Otros llevaban su propia pancarta, a modo de reflexión individual: "El capitalismo muere matando".
La manifestación transcurrió sin incidentes. Pasó por el colegio de Las Esclavas, donde se celebraban las primeras comuniones del año, y por el número 49 de la Avenida, desde donde un sujeto escondido en un balcón increpó a a los sindicalistas con los calificativos "aprovechados" y "sinvergüenzas". José Luis, un joven, uno de los pocos que escuchó los gritos del tipo que se escondía, lamentó que haya quien se deje "contaminar por la estrategia de la derecha de descalificar a los sindicatos para desviar la atención de lo que está pasando: el más grave recorte de derechos sociales que se recuerda y que no ha hecho más que empezar". "Porque esto no ha hecho más que empezar, el Gobierno lo está pregonando a diario", insistía.
Ana, que debía triplicar en edad al joven que respondió al tipo que se escondía en el balcón, defendía que la educación y la sanidad son servicios públicos "intocables para los españoles", "diga lo que diga Bruselas y diga lo que diga la Merkel", y que "si hay problemas habrá que buscarles otra solución, que para eso se elige a un Gobierno", y que saldría "a la calle el martes (1 de mayo) y todos los días que haya que salir a la calle". La marcha, siguiendo a una chica a cargo de uno de los altavoces, cantaba: "No se juega con la educación, no no no, con la sanidad no se juega, no no no" [esto, con la melodía de la canción de Amy Winehouse que tiene idéntico estribillo].
Así llegaron los manifestantes a San Juan de Dios, frente al Ayuntamiento, ya bajo la lluvia, a veces llovizna, por momentos un verdadero manto de agua. Una representante de la Plataforma de Cádiz leyó un manifiesto conjunto en defensa de un sistema de servicios públicos de calidad, "fuente de crecimiento económico, de generación de empleo y de cohesión social". Advirtió de que las "conquistas sociales" logradas durante los últimos cuarenta años están en peligro frente a la "perversa receta del Gobierno" puesta en marcha contra la salida de la crisis y reclamó políticas basadas en la "redistribución de la riqueza" en lugar de la condena a la "precarización" de la mayor parte de la sociedad.
Junto al Ayuntamiento, tomó la palabra el secretario general de CCOO Cádiz, Manuel Ruiz, que proclamó que la huelga del 29-M "no fue el final de nada, sino el inicio de un proceso largo y duro que ahora continúa" frente a la estrategia de "tierra quemada" del PP. "Hay que estar en la calle. No hay una cosa que le duela más a un partido de derechas que que la gente salga a la calle. La próxima, el martes", dijo.
Su compañero en UGT, Salvador Mera, bajo el chaparrón, avisó de que "en Europa ya se están dando cuenta de que sólo con recortes no es posible" e ironizó: "Ahora hace falta que se entere el PP. Del agua es fácil protegerse, del PP no. Cuidado con los viernes del PP, porque quieren acabar con todo", proclamó Mera.
La respuesta del presidente del Gobierno a Mera, a Ruiz y a los miles de manifestantes que ayer salieron a la calle en las principales ciudades del país fue que mantendrá la agenda de recortes hasta el fin de la legislatura. "El viernes que viene, también. Y muy importantes", advirtió desde el Congreso del PP en Madrid. Cada viernes, así de puntual.